El dilema de ser sostenible

Por Estefania Ravelo

Nos gusta pensar que somos buenas personas. De vez en cuando, hacemos actos desinteresados ??para ser considerados como buenos ciudadanos en la sociedad. El desafío de ser sostenible no es una excepción a esto. El fenómeno medioambiental ha tomado el relevo, sirviendo como una llamada de atención: no nos queda tanto tiempo como pensábamos. Con el surgimiento de esta situación, también nació la ingenua idea de que, si nos esforzamos lo suficiente, podemos erradicar por completo este problema. Pero la realidad es: no importa cuánto te esfuerces, nunca podrás ser 100% limpio con el medio ambiente. Incluso los más sostenibles están de alguna manera, hiriendo el medio ambiente.

Asimismo, los seres humanos que queremos alcanzar la sustentabilidad debemos preguntarnos: ¿este producto limpio o alternativa es verdaderamente bueno para el ambiente o simplemente estoy siendo víctima del marketing? Numerosas empresas «ecológicas» alegan que sus productos por sí solos serán el salvador de la humanidad, pero el consumidor no sabe que el medio ambiente todavía se está lastimando activamente. Pasillos llenos de productos etiquetados como “verdes”, libres de crueldad animal y 100% ecológicos, pero ¿lo son? ¿Está usted como consumidor leyendo la lista de ingredientes, investigando la empresa y asegurándose de que está tomando una decisión consciente? Probablemente no. A pesar de esto, muchos clientes todavía compran estos productos declarando que «es mejor que nada», lo cual es cierto. Sin embargo, las herramientas en las que invertimos nuestro dinero para garantizar la sostenibilidad no pueden ser el resultado de una empresa que se beneficie de nuestra ignorancia.

Además, es imposible, en la sociedad en la que vivimos actualmente, ser completamente ecológicos. Puede decidir, en lugar de usar papel higiénico, limpiarse con agua cada vez que vaya al baño. Esta acción definitivamente ayudará a reducir la tala de árboles, pero está desperdiciando una enorme cantidad de agua al hacerlo. Del mismo modo, puede decidir comprar un automóvil eléctrico; tienen cero emisiones de escape y ahorran dinero en gasolina. Todos ganan, ¿verdad? Sin embargo, no sabías que la planta que proporciona la electricidad deseada está liberando cantidades colosales de dióxido de carbono.

El problema en cuestión no solo crea una idea falsa de lo que es ser «respetuoso con el medio ambiente», sino que muchas personas pueden decidir que no se esforzarán, lo cual es peor que el problema en sí. Con el auge de las redes sociales, la gente está siendo intimidada en línea por no ajustarse a los estándares limpios utópicos, lo que lleva a todos al fracaso. Como sociedad, normalicemos los errores, normalicemos que no todo el mundo «salvará el planeta» de la misma forma que tú. Es una cuestión de equilibrio.

Como Gen Z, este problema es de gran importancia para mí. Desde una edad temprana, escuchamos todo sobre el fin del mundo y cómo no nos queda tiempo. Entonces, naturalmente, intentamos hacer pequeños cambios en nuestra vida para controlar esta crisis. Por ejemplo, estoy tratando de no apoyar a la industria de la moda rápida y al mismo tiempo erradicar las bolsas de plástico de mi hogar. Incluso si no podemos revertir por completo el problema, por frustrante que sea, podemos tomar una decisión diaria para intentar solucionar los problemas que tenemos ante nosotros. Solo abordando esta preocupación podremos tener esa vida larga y feliz que todos soñamos tener.

Para concluir, ser ecológico no es una cuestión de todo o nada; se trata de hacer pequeños cambios que de forma lenta pero segura reduzcan el problema a un estado manejable. Es asunto de todos, y nosotros, la Generación Z, debemos abogar por el cambio, ya que nos queda más tiempo en este planeta. No se engañe con la etiqueta de un producto, investigue. Intimidar y atacar a los demás por no hacer lo que haces es contraproducente y, lo más importante, no te desanimes por el hecho de que ser 100% limpio es inalcanzable. Los pequeños pasos son los que conducen a cambios significativos.