Terminó la temporada de béisbol invernal de la República Dominicana con una final entre dos equipos que no se enfrentaban desde hace 43 años, los Tigres del Licey vs las Estrellas Orientales, resultando campeón no solo el que más coronas tiene (23) para ser exactos, sino también uno de los equipos que más recursos tiene, pues es el que cuenta con más seguidores (incluyéndome) y por ende uno de los más apoyados por las marcas patrocinadoras. Lo que aparentemente no es suficiente bajo el esquema comercial de los equipos.
Por lo que mientras celebró el triunfo del Licey, quiero con humildad analizar las sombras que generan las luces del evento deportivo más importante y querido por los dominicanos, partiendo de las responsables declaraciones a mi entender, pero polémicas para los fanáticos del equipo escarlata. Del Sr. José Miguel Bonetti Du-Breil, miembro del Consejo de Administración de los Leones del Escogido, a quien cito: “Cada división de la temporada representa un gasto económico para la franquicia”, indicando que mientras más lejos llegue el equipo en la clasificación, en esa misma proporción sus utilidades se desvanecen. No puedo estar más de acuerdo con esa opinión y me alegra que salga de los Leones del Escogido, uno de los equipos más icónicos de nuestro país. Y es que lo primero es que cada equipo gestiona sus ingresos de comercialización por separado. Entiendo que algunos aspectos deben ser propios de cada equipo, como la publicidad de los uniformes por mencionar un ejemplo, pero en sentido general se debe pensar en el evento como un todo, sobre todo en un mercado como el nuestro que la inversión publicitaria cada día está más atomizada. Cambiar el modelo les permitirá vender por etapas; una inversión para la serie regular, otra para el Round Robin y evidentemente con otra tarifa la inversión para la serie final, permitiendo no solo generar mayores beneficios para las operaciones de los equipos, sino también para poder invertir en la experiencia del que visita los estadios.
En cuanto a los estadios; cinco de ellos son del Estado, exceptuando el de los Toros del Este. Sería importante evaluar rentarlos a grandes marcas como se ve en otros países, dándoles el beneficio de mercadear sus bienes y hasta parte de la boletería, con el compromiso de estandarizar las condiciones de los estadios y estoy seguro que las visitas al estadio serán mucho más masivas y controladas, ya que ninguna marca arriesgara su reputación con una mala experiencia a sus consumidores.
El modelo comercial actual debe revisarse, pues los esfuerzos individuales de los seis equipos no permiten resultados homogéneos, es momento de volver a evaluar la posibilidad de mercadear el evento de manera más eficiente, en lo concerniente a la comercialización, transmisión, merchandising y boletería.
Buscar la manera de que las utilidades sean del tamaño de la pasión que siente el dominicano por su deporte rey. Con esto no solo se beneficiarán cada uno de los equipos en la rentabilidad de sus operaciones, sin importar en qué lugar quede, también los fanáticos recibirán el respeto desde el momento que decidan comprar una entrada y ya adentro, encontrar unas instalaciones decentes y apropiadas para toda la familia.
Mientras esa dinámica no se modifique, la corona será de espinas.
Felicidades al campeón del torneo, los Tigres del Licey y felicidades al ganador de las utilidades, los Leones del Escogido.
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