Por Heddel Cordero:
Desde hace años, una cantidad importante de personas en nuestro país compra y consume bebidas alcohólicas que no sabe cómo se producen, dónde se producen ni quién las produce.
Bebidas no aptas para el consumo humano, que provocan la muerte y que se distribuyen y venden a granel en barrios pobres sin la más mínima garantía de fabricación.
Su mercado consumidor es atraído por el factor precio porque en esa categoría no hay productos similares confiables que satisfagan esa demanda suicida.
Nos parece que esta realidad está planteando la necesidad de que los fabricantes de rones del país tomen en cuenta este público y además de sus excelentes bebidas, produzcan una buena segmentación que tome en cuenta este target.
Es decir, hace falta un lavagallos que suplante toda esa basura que consumen algunos sectores pobres del país.
Aunque la disputa actual de los fabricantes de ron es por calidad y no por precio; aunque se ha llegado a niveles de excelencia en la fabricación de ron en el país, el consumo de bebidas adulteradas donde la gente pone en riesgo su vida está evidenciando que existe un nicho con potencialidad para marcas de bajo costo, pero con el aval de fabricantes de prestigio